A través del presente pretendemos abrir un espacio de reflexión sobre las prácticas de  los operadores jurídicos en el ejercicio de la abogacía en sus diferentes ámbitos de  incumbencia. Profundizando en el ejercicio de nuevas habilidades, vitales para la labor  actual de abogadas y abogados.  

Para ello, analizaremos las condiciones socioculturales en que dichas prácticas se  producen (a nivel local e internacional), enmarcadas en las transformaciones vinculares  que proponen los procesos de globalización e internacionalización, complejizadas por la  dinámica pandémica actual, que en conjunto plantean continua e incluso cotidianamente  el desafío de repensar el papel de la abogacía al servicio de la paz social.  

Al efecto proponemos un cambio de paradigma en todos los espacios de incumbencia  del derecho, mediante nuevos modos de ejercer la profesión a través del desarrollo  habilidades que trascienden el conocimiento jurídico académico. Estas habilitan a los 

profesionales a la redefinición de prácticas que desde los ámbitos académicos  tradicionales de grado no alcanzan a ser discutidas, analizadas y procesadas. 

En este sentido, el coaching jurídico es una herramienta de autoconocimiento personal  que ayuda a abogados y abogadas a impulsar y orientar sus capacidades. A través de esta  disciplina, el operador jurídico desarrolla y perfecciona sus habilidades de liderazgo, su  inteligencia emocional y su comunicación. Asimismo, alcanza nuevas competencias  transversales, las llamadas habilidades blandas, complementarias del conocimiento  técnico, alcanzando la excelencia en el ejercicio profesional.  

La reconversión de modelos en vigencia orientados a la oralidad, demandan del  profesional capacidades que trascienden las académicas formales, así cobra fuerza el  imperativo de generar estrategias e instrumentos efectivos para reorientar el ejercicio  profesional y, consecuentemente, la formación requerida a abogados y abogadas. 

En esta clave de lectura y análisis, la perspectiva que proponemos para la reflexión es  la de conducir, como punto de partida, a una potenciación y revalorización de la actividad  del servicio de justicia como responsabilidad sustantiva de todos los operadores jurídicos  independientemente donde desempeñen su función. 

Posicionamiento que subraya nuestra intencionalidad: el mejoramiento de la calidad  del servicio de justicia. 

Para ello, apostamos al valor de una formación que complemente saberes y  conocimientos propios del campo jurídico con el derecho sistémico. Rama novedosa del  derecho que propicia una mirada superadora de los conflictos, orientando las estrategias  de abordaje en la mejor solución para todos los involucrados (las partes, los abogados, y  los operadores del poder judicial), permitiendo el acercamiento respetuoso de las partes,  para alcanzar acuerdos sustentables que se puedan sostener en el tiempo, en búsqueda de  la mejora cualitativa de las relaciones sociales. 

De este modo, la formación resulta integral y se focaliza en potenciar los recursos que  los profesionales traigan consigo.